lunes, 3 de noviembre de 2008

Como cada orilla empedrada recubre mil secretos...


...igualmente el canto de esta mujer,
como piedra acicalada a un rocoso acantilado;
como mueble viejo y roto;
faro roto,
olvidado,
intenta vender tras el llanto un m'isero recuerdo de algo;
un intervalo;
un sostenido...
algo abstracto y tranparente,
que encubierto de madera,
y en sillado con cuidado,
haga clamar al amo de su sino;
bendita ignorancia,
bendito parecer el m'io.